
14 años ¿y has visto mi poesa lo madura que parezco entrando a la compostelana catedralicia sede?

¿Y te creés que a mí me importa ni el mínimo dar una exhibición de locura de la buena, de aquella de la que tan necesitada está el mundo ya que a tantas "locas" portadoras cual Vos, ultimadas, por ello, ninguneadas; te creés que me importa, ¡0h sí, si del modo de a continuación sí!, estar sacando tus huesos de tu tumba, a geta de puerto de éstos, para mezclar con mis huesos, además de con tus palabos mis verbotos, para que cuando caiga de veras la noche, aquí en los tierros, y las dos fantasmas, ya dos, se reúnan allá en las Cielas, no quedemos reducidas a una mera saca de huesos como esos dos esqueletos abrazados desenterrados en Mantua, sino que al menos una de las dos fantasmas, la Sombra que todavía está aquí y que responde a tu nombre tanto como al suyo, SE PERMITA EL LUJO DE PONER EL PIE DE FOTO? Y así no intentemos nuevamente nacernos solas sacando mi cabeza por mi útero, y como no pude, busco morir y entrar en la pestilente guarida de la oculta ocultadora cuya función es ocultar; y así nada de que la pestilente ocultadora, OCULTADOR YA QUE LA MUERTE ES DEL GÉNERO MASCULINO, cumpla por trillonésima vez su doble función de verdugo y ocultador, silenciador.
¿Ya desde tan atrás, 1965, y para que no se piense que el híber: ibero, íber: hebreo, fenómeno de la transmigración (por la península Ibérica de todos los tiempos y las Américas pre y post-colombinas) se sigue produciendo sólo en Bélmez, sino que en Argentina Buenos Aires, Madrid; ya desde tan atrás tu espíritu de 29 años transmigrando al de esa niña de 14, que lo recibía con el máximo amor júbilo, no unas caras, más bien monstruosas, emergiendo desde el puto suelo, hasta el fondo de mi corazón tu precioso corazón hundido?