(Junio del 72 también introducido en "No existe la libertad de expresión") Siempre me pensé, no sé, tanto en aquellos que debieron ser tan hermosos, y fueron tan horrorosos por causa de la cerda y delincuente sociedad, años, siempre me pensé en aquellos años y éstos como robusta o atlética y mira qué sorpresa al mirarme ahí lo estrecha de hombros. Soy también tipo espingarda escurrida como la amiga con la que aparece en la playa una redondeadita Pizarnik,
y que seguramente ambas se hicieron tilín: la de las caderas redondeaditas y la de las lisas cual la Basilisa que yo aquí aparezco, eso sí, pedazo de muslos, hubieses tenido donde agarrarte Pizar, no te hagas la disimulada mirando para más al frente y menos a los muslos de a tu izquierda.... Curioso. Hasta colgar ahora las fotos no había reparado en que ambas espingardas llevan gafas de sol, yo, que sería ése el único día de mi vida que me las puse, pues siempre he tenido bastante con mis gafas de miope oscurecidas.
Y también estas palabras fueron dichas en nuestros respectivos crepúsculos en junio y en el 72:
"Escrito en el crepúsculo:
Me coge. Que parece morir. Que parezco agonizar" (16-6-72)
Y mis versos del crepúsculo de junio y 1972, creo el día 20, 22:
-Dime, hijo ¿Por qué no tengo yo unas alas tan bellas
con ese noble tono y círculo marrón?
(Anoté en el cuadernito que aquel "círculo marrón" daba la impresión de ser un iris)
Pero tampoco puedes preguntárselo a ella.
El amor por la lengua.
La Palabra: El Amor.
Mi PalabrAmar, palabo inventado en honor de Alejandra al releerme esos versos del crepúsculo, todavía conservados en mis carpetas, en el año 2003, treinta años después. Es sin dudar que hay algo muy hermoso que no tiene tiempo, espero que sea el reino en el que estés tú ahora mi rosa rodeada de rosas que confiesa sólo a ellas ver.
Su rostro está en mí, lo siento en mis nervios, flota en mis ojos. Allí flotando en el Pirovano, lo siento respirar dentro de las paredes, aquí flotando en la sierra madrileña: a mí los espíritus siempre se me aparecieron de los modos más inusitados, de día y con sol o en el día de mi cumpleaños, espíritu festivo el tuyo mi Alicia del no-cumpleaños, tan mortalmente triste en mi día con sol aunque tan nublado.
Y buscando lo que ella dice en su diario, haber deseado tener unas caderas más lisas, menos redondeadas y un par de ojos marrones en lugar de sus hermosos ojos verdes miopes, que tan aplicable queda aquí, a las fotografías que presento con un par de muchachas de caderas lisas, al menos más que las redondeaditas de la Pizar, y un par de ojos marrones en vez de sus grandes ojos verdes, ¿qué decía mi crepúsculo: -Dime hijo ¿por qué no tengo yo unas alas tan bellas con ese noble tono y círculo marrón?, que el sueño crepúsculo dice ser un iris, y que tampoco puedes preguntárselo a ella; y buscando eso en el diario, me encuentro con... tantas cosas, escritas y sin escribir que ni toda la eternidá bastara para destacarlas con mi vida, responderlas, 6 de mayo del 62: Si algún día llega en que no tendré más miedo de quedarme absolutamente sola a causa de un lenguaje más verdadero, mis palabras serán como relojes o como instrumentos científicos de alta fidelidad. Yo, sin miedo a quedarme de lo sola que estuve siempre; pero mis palabras no son instrumentos científicos, bien a mi pesar que me agradaría tanto terminar con esta demencia de mundo descubriendo la Teoría de Todo, no son instrumentos científicos, aunque procuro me guarden la mayor fidelidad.
