domingo, 13 de julio de 2008

Una pequeña muestra del desamparo

Así se llama este pequeño conjunto de folios encuadernados simplemente grapados enviados cuando nuestros veintipocos años todavía nos hacían concebir esperanzas de que teníamos derecho a algún tipo decente de vida, lo cual los muchos años han demostrado cuán grande error me ató a la vida, cuán gran estupidez no haberse suicidado por entonces cuando la alma mía mi más cercanita en la Tierra, nuestra luz por los huesos, mi más cercanita en la Ciela, lo hacía, a ello la obligaban; así se llamaba y se llama, aunque sea sólo a efectos de mis cajones... quizá también a efectos de lo mucho plagiado nuestro que siempre ignoraremos circule devengando derechos de autor a nombres otros, fama a nombres otros; así se llama este pequeño conjunto de folios encuadernados simplemente grapados enviados a concurso del cual no se nos devolviese. Y dice en él este pequeño poema dedicado a mi padre que ahora transcribiré: "Tiene mi padre en su espalda de 70 años" Luego esto está escrito en 1974, a mis 23, a apenas dos años de la muerte de ella, Alejandra (Pizarnik, no sobra el decirlo si es para alguien la primera vez que nos lea) :

Tiene mi padre
en su espalda de setenta años
todo el trabajo del siglo
y de sus guerras

En su cerebro
... todo el silencio.
Ese silencio que la historia impone
a los que nunca estarán dentro
de sus páginas.

Y según pongo aquí estos versos, vienen a mi mente aquellos otros que le dediqué en "Camino de espadas" libro en su memoria, tras su muerte ...Libro: Pequeño legajo de folios encuadernado como este otro de donde hoy copio: grapados... Aunque no bien atados, no bien rescatados, no puestos a la luz, a ninguna luz de ojos otros, si aquellos que los leyeron, los rechazaron:
Si ha de morir ha de morir rompiendo
todo el silencio que guardara siempre....
Y no pudo romperlo. Únicamente se fue de la vida hablando a mi mente desde su agonía, telepáticamente: "Dejadme partir hacia esa nube de esplendente blanco". Él lo dijo, todo un ateo convencido en ninguna clase de vida tras ésta, él lo dijo a mi mente, no fue mi mente la que elaboró aquel sonido sin sonido que a las propias neuronas hablaba Dejadme partir hacia esa nube de esplendente blanco.
Pero no pudo romper su silencio, que guardara siempre (Algo similar, del silencio del padre, escribió Alejandra, ella en homenaje al judío que fue su padre, su raza judía, silenciada masacrada a través de milenios, algo sobre el silencio del padre y sus ojos azules) no pudo romper su silencio, pues aunque vivió para ver la muerte del genocida llamado Franco, solamente vivió para verlo: muerto él al poco. No pudo romper su silencio de republicano honesto, de hombre íntegro, de hombre estafado, en su intelecto, en su entera vida... De tantos estafados, tantos genocidiados por aquel genocida y colaboradores y todos sus herederos, toda la política y políticos que tenemos hoy, llamado, ¡llamados todos!, Franco.

Ese silencio que la historia impone
a los que nunca estarán dentro de sus páginas.
Yo entonces ignoraba, cómo no, ni mi padre pudo decirme, pues ignoraría el también, la frase que aquella muchacha republicana Julia Conesa Conesa legó como su único testamento a su familia antes de ser una más de los ¡tantísimos! fusilados en las tapias del cementerio de la Almudena (mis padres oían las ráfagas de los tiros durante toda la década de los cuarenta desde las chabolas, único lugar para vivir entonces, ¡ENTONCES TAN COMO AHORA!, aunque ahora no fusilen a nadie sólo maten de miseria, a la vera del parque de la Fuente del Berro donde yo crecí, aquel en el que después se colocó una estatua a nuestro amado Bécquer a la que le dediqué poemita sarcástico de "Monumento trágico") : Que mi nombre no se borre de la historia.
Pues la frase de Julia y mi frase o verso, o el verso de Julia y mi frase:
Que mi nombre no se borre de la historia
Ese silencio que la historia impone a los que nunca estarán dentro de sus páginas.
El silencio a los genocidiados; páginas a todo color de revista de corazón, a toda palabrería barata y sin tasa de esas mismas publicaciones, para sus genocidas.

Este diario desde aquí y fechas posteriores, hasta que lo concluya de pasar, será el domicilio de mi "Una pequeña muestra del desamparo"
"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!




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