Tomando un café en Mallorca

Puedo cerrar los ojos a la vieja amargura
y abriéndolos a una nueva dulzura
a la nueva dulzura sin estrenar
sin estrenar ninguna,
pensar que estoy en la isla de Chopin
con el café del título
degustando.
Eso querrá decir que lo demás me sobra
que lo demás lo tengo.

He venido a Mallorca traída por mis dedos brujulares
en penachos caminos de brujas voladoras.
No me sujetó el abismo que corre a los pies
de los que no tenemos crédito:
Cosecha de muchos ceros
donde debemos tenerlos.

¡Estoy aquí!
Alborazada
(Tu Alborozay, Alejandra)
Los favores del sueño cumplidos

Ahora ya podré codearme
con los que no soñaron nunca.
Los de la cosecha de ceros
donde deben tenerlos.
Cosecha que no desciende
por viaje más o menos.

Desde mis ceros a la izquierda,
prisión de números rojos,
ya que creando no cuentan
mis derechos a vacaciones pagadas
(¡¡Y sigue siendo lo mismo hoy después de 30 años!!
Es que aunque no quiera tengo que romper el ritmo de lo que copio aquí para gritar otra vez en nombre de la ¡¡¡¡¡¡¡Justiciciciciciciciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!)
para asimilar culturas de otros rincones
asimilar emociones,
me subo a la escoba usada
delito de soñadores.
Y me digo o me consuelo
que debe valer muy poco
la cultura que se compra con dinero)
Y ya que mencionamos a Alejandra recordamos la carta que le envió a Beneyto preguntándole cuánto le costaría vivir en España, ejemplo Barcelona, sobre todo Mallorca ("Dos letras" cartas de Alejandra Pizarnik a Antonio Beneyto Qué sana envidia me da la Alejandra de tantos amigos, aunque ninguno de ellos sirvió para salvarla del acorralamiento por la miseria y subsiguiente suicidio, pero al menos tuvo gente, mujeres hombres a los que dirigir tan hermosas palabras, como todas las que deben figurar en sus cartas, tal las que se citan en el pórtico de la página web de Beneyto, tener, y un hombre --una que desconoce por completo el alma masculina, salvo en sus horrendas, por lo general, manifestaciones en el mundo-- a quien poder dirigirle esas palabras, produce una sana envidia)