Produce verdadero escalofrío moral el comportamiento d ese animal político d sangre fría q fue y es el sr. Guerra, su comportamiento y el d toda la

plana mayor del Psoe de aquella época (no sabemos cuánto pueda diferenciarse del de ahora) narrado por el sr. Vestringer, primero enemigos políticos, camaradas más tarde, narrado como si anécdota curiosa y no lo que es: algo moralmente repulsivo o vergonzoso.
El sr. Guerra unos días antes de recibir a toda la cúpula arzobispal de este país, pone verde a los mismos con aquella su particular dialéctica de "Levantamos un papel" (a la desaparición de A.P. de la escena gubernamental) o "A cada papel que levantamos hay que ver lo que nos encontramos" (que luego le repetirían en eco ensordecedor la plana mayor de la derecha cuando a él le levantaron la liebre de su hermanito por todo el cortijo andaluz) Y el sr. Vestringer al parecer le expuso que cómo se atrevía a realizar tal cosa si a la vuelta de unos días debía recibirlos a todos. A lo que el sr. Guerra contestase de esta macarra manera que repulsión moral provoca: -Nada, no pasa nada. Ya verás la sonrisa de oreja a oreja que sacan en la fotografía oficial, pues vienen a cobrar.
Nada, no pasa nada. Efectivamente no ha pasado nada durante los cuarenta, ya iremos para ellos, años de la transición (cual los cuarenta años franquistas de paz de cementerio) Ya se procuraron de lo mismo, hipócritas redomados, chulos avispados (pues los políticos no son nada más que un grado más alto, o a mayor escala el negocio, que los chulos de las putas) cuya obligación fue cortar la continuada sangría que esa confesión religiosa conocida por catolicismo ha realizado durante siglos de ruina sobre España... Y sólo hicieron proseguirla en su toma del poder cuyo objetivo primero, como en toda toma de poder en el mundo de la política economía fuerzas armadas, es garantizar la seguridad económica para los restos de los bastantes más listos tomadores de estas bastantes menos complicadas Bastillas.