

Y desde luego que se llevan como el perro y el gato

El grandote pelusón metido en la camita de los peques


Tres preciosidades. ¿No se les ve cara de humanos? Sobre todo el que asoma la carita debajo de la tripita de su hermano.
¡Y qué horrores hace luego el hambre y lo terrible de la vida con estas pobres inocencias animales! Iba a subir la imagen de dos ositos, los polares que cuando pequeñines son los que parecen más de peluche, dos ositos, así, felices, jugueteando... Y he recordado las imágenes terribles de un documental en el que hicieron seguimiento a una pareja de hermanitos osos polares y los devastadores efectos de la desaparición de los yelos en el Artico para esta especie; y de los dos niños oseznos juguetones, cuando quedaron solos ya lejos de la madre, la hembra al año siguiente convertida en un saco de huesos... a morir sola. Quizá recordando su único año de vida y juegos con su hermanito.