Si triste es esa bellísima melodía de Pachelbel, su Canon, oída al derecho, más te parte el alma escucharla al contrario. Hago este experimento ahora que puedo, pues no pude en su momento cuando leí el libro de Douglas R. Hofstadter "Gödel, Eschar, Bach" donde enunciaba una total reverencia a Bach en su "Ofrenda musical" escuchado de ese modo; lo cual a mí no mucho me dice: para gustos, los colores (los tuyos Alejandra: blanco amarillo verde azul que se decía en aquel sueño mío del 12 de mayo 1973
-Los colores verde blanco amarillo y azul no pueden ser destruidos, ahora son sagrados )
Y algo diré no sólo de la tristísima hermosísima música, sino de las igualmente tristísimas hermosísimas imágenes de esas dos mujeres. De la película que relata el amor destinado a la muerte de una alemana y una judía en la Alemania de desgraciada memoria, "Aimée y Jaguar". Felise, la judía, se queda pudiendo huir sólo por aquel amor por el que le mereció arriesgarlo todo. Digna forma de morir. ¿A qué me quejo entonces en http://ofertopoesis.blogspot.com/2009/01/si-la-gente-que-es-feliz-muere.html ? Yo también me he quedado, me quedé siempre.
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