"¿Y dentro de la prosa? ¿Qué pasa con lo de dentro de la prosa? No pasa nada. Por eso no puedo escribir en prosa". Y eso lo dice la que (quitando los

contenidos) es, siempre presente, una de las poquitas personas que junto con Ortega o Nietzsche utilizasen la prosa mejor, estilo bloque marmóreo michelángelo.
Estas palabras son de la entrada siguiente, enero viernes 3, al diario de 1964 que ayer utilicé yo de bibliomancia en "Solo veo rosas 2" para consuelo de persecuciones que parece, ahora, hubiese yo emprendido, como si no tuviese otra cosa que hacer o tanto que decir.

No pasa nada: Por eso no puedo escribir en prosa. Esto hubiera debido decírselo a sí misma toda literatura antes de plasmarse: No pasa nada, ni en los idearios más violentos de los novelorrios más esperpénticos, no digamos 100 años y si son de soledades, o las biografías más truculentas, de las cuales no participase tu vida por más que con tal de alejarte de Safo te vean, y sobre todo desde tu tierra, o desde las Américas tan machistas, te vean cual Mesalina de las letras... ¡No digamos tantos ríos de sangre más que tinta sobre aquel pequeño comentario tuyo que escribiste del libro que otra se había entretenido en plasmar al respecto de la vida de la Báthory (la puta de su madre, nunca sabré dónde lleva la h ni el acento) aquella puta, ella sí sádica occiputa, que sólo se le ocurrió expresar su sadismo, no como el género macho tomando a la hembra de víctima, sino ella, como mujer, tomando también a la mujer de víctima!

No pasa nada. Nada nuevo bajo el sol. Siempre las mismas novelas con los mismos machos mismas hembras, mismas posiciones horizontales y verticales, kamasutras sin valor de lo repetitivos, ideas siempre las mismas desde antes de Platón, gran llanura de la palabra escrita donde cualquier cumbre que pudiese despuntar se sacrifica... Siempre que no tenga el espaldarazo del academicismo más paternalista desde sus filosofadas, de lo cual gozasen el sr. Ortega y el sr. Nietzsche y éste sobre todo por su impresentable machismo más que por sus superhombradas. Pienso en la palabra que acuñase Alejandra al respecto de él, ¡Y QUE SE CREEN USTEDES ¿QUE APROVECHARON LAS POCO ILUMINADAS FEMINISTAS?!: Nietzschedades. Pienso en lo que yo misma le escribí como amoroso comentario al triste despechado bigotudo por la Lou Salomé que a tantos se pasase por la piedra, incluido a mi... me cae simpático Rilke:
Es tu nombre femenino, Federico
-Paz-
¿A qué tanto encono con la mujer?
Y sobre todo pensando en que tuvo dos de ellas permanentemente a su servicio, aunque su hermanita se encargase a la hora póstuma ¿de hacer lo mismo que la familia y los íntimos de Alejandra?: Quemar, tachar o emborronar, cribar sus manuscritos.

Prosa: No pasa nada. Por donde pasaba era por tu poética, la estirases en renglones que llaman prosa, o la comprimieses a la medida que se versifica.
Nunca te debiste atosigar así por todo aquel montaje que fue el boom literario hispanoamericano del cual no participaste dado que la Palabra se debería cobrar tu vida y de manera bastante más cobarde y ruin que se la cobra en la persona de los periodistas en los conflictos; al fin de ellos todo el mundo dirá, la verdad: los mataron. ¿Y de ti y de mí y de otros qué dicen?: Se suicidaron los haraganes sólo por negarse de plano a trazar novelorrios y otros engaños en proso obtuso, ése sí no diciendo nada, frutas eventuales y tan caducas por más que en el listado de los nobel. Los suicidioasesinaron SÓLO POR NEGARSE A DAR OTRA MENTIRA OTRA HISTORIETA MÁS AL MUNDO. HISTORIETAS DESPISTANTES DE LA SAGRADA REALIDÁ TAN MANCILLADA, TAN METIDA EN TODOS LOS ARMARIOS POR MÁS QUE DESARMARICEMOS EL ORGULLO GAY. Realidá de la inmoralidá planetaria consentida por todos los intelectuales del globo. Realidá de las miserias sin número: Ellas las únicas dignas de protagonizar lápices, yemas de dedos descarnadas contra las teclas, del mundo, del entero mundo que se dice libre-opina.
Y ahí os quiero ver, que diría o dijo mi primo.