"Pueden convertir fermiones en bosones emparejándolos"

Pueden, podemos hacerlo, dicen de sí y sus capacidades los físicos. ¡Halé halé, nos conviertan a todos en esos fermiones emparejados! ¿A qué esperan?

Lo malo es cuando tu fermión costilla de la que te arrancaron o costilla que te arrancaron, hachazo platónico que Zeus dio al principio de todo... No está en esta vida. Para emparejarme a Vos costilla que me arrancaron aun antes de nacida, o costilla que tú te dejaste en Otra Vida al nacer y costilla o astilla solitaria de ti que en esta vida dejaste cuando de nuevo te volviste a la Otra dando por sentado que ésta no merecía la pena, para emparejarnos deberán reunir ambos mundos: LOS DE LOS 720 GRADOS QUE VEN LOS FERMIONES AL GIRAR Y NO NOS INFORMAN DE LO MISMO A LOS QUE CAEMOS DE ESTE LADO DONDE LOS GIROS SÓLO TIENEN 320 GRADOS GRACIAS, MÁS BIEN DESGRACIAS, A LA MIOPÍA QUE LA IGNORANCIA PROCURA A NUESTROS OJOS.

Bodas del cielo y la tierra que Blake dijo, como dijo nuestro Garcilaso de la Vega con la lengua muerta y fría en la boca he de mover la voz a ti debida, o como Dante emigraba a ese otro lado de la realidad de los 720 grados guiado por sendas manos de alguienes de allá la Beatrice-Virgilio, a los que tú resumiste tan magistralmente desde ese Otro Lado que no vemos con tu Solo ver Rosas, con tu reunirte conmigo en esos esponsorios de ultratumba de diciembre-enero de 2002-2003, mediados por un sacerdote negro, tan Cristo o tan Satán y sus barbas, mismo nos da para idéntico personaje...
Y tal vez no hemos necesitado de putos científicos que no atinan a casar fermiones, su oficio, para convertirnos a todos, todo, en la radiación que somos, en la Energía, no los hemos necesitado, no los has necesitado tú para tirarle el sutrattman hilo de tu respiración de lila color, tú mi ultravioleta, a la costilla fermión del que fuiste desemparejada para tu-mi desgracia.

Y en esta transición carontea de una a otra vida escribimos lo anterior y todo lo infinito que le precede (Cuánto hemos escrito, ¿verdad?, para aparecer como si no hubiésemos escrito nada gracias a la maldad de los que no se merecieron ni ésta ni ninguna vida) y lo infinito que le sucederá, tú y yo sabemos que nuestra lengua no tendrá jamás final y podemos escribir más a infinito que los físicos descender a ese mismo infinito del cero absoluto, o intentar ese otro infinito de la velocidad luz, la última gota de nácar antecesora a ésta que ahora aquí derramamos http://paracabarconelmundo.blogspot.com/2009/06/el-cero-absoluto-c-y-el-universo-es.html y el infinito que jamàs podrá figurar en nuestros diarios, sobre todo si nos obligaron a borrar NUEVE de ellos, con tal de defender estos ONCE que nos quedan. Infinito de todas nuestras palabras anteriores a esta desgraciada única manera que nos dejaron de comunicarnos: En una plataforma de blogs tontos a merced de las delincuencias todas internáuticas y de los caprichos, delincuentes o no, de nuestros amables albergadores.