Lo superconductivo y superlumínico, ¿cuál la permitividad eléctrica, cuál la magnética permeabilidad? No apuesten por lo conocido, aunque toda laya

psicológica les diga que esas son las únicas intuiciones que aciertan. Si hemos de comportarnos como bichos intuitivos que es lo que dicen que somos, aunque tanta inquina demostrasen siempre a los profetas, y no precisamente a los falsos o a los consagrados por todo tipo de biblias o credulidades patosas; si hemos de comportarnos como bichos intuitivos, apostemos siguiendo el oído, sí el oído, no lo oído sino lo todavía por escucharse, por más afonía que le produzca el tanto gritárnoslo, gritarse, intentar infructuosamente manifestarse, LO NO OÍDO. Escuchemos atentos, orejas avizor, sea la derecha o la izquierda por donde intuyan mejor, o fueren ambidestros intuitivos o auditivos.

Si el Universo es un cuerpo superconductor dotado de todas sus características, efecto Meissner, cuerpo diamagnético más perfecto que incluso la vida (1) , haciendo que cualquier forma de magnetismo levite en él, en este caso "dentro", dentro de él: caída libre, la velocidad de la luz no puede ser sino un fenómeno observado desde la parte de acá o de los cuerpos "calientes", conocido el calor como lo que es: Un movimiento de los cuerpos caóticos o no dotados de la coherencia superconductiva, cuerpos macroscópicos (Aunque hay algo más macroscópico que ellos: el Universo donde están contenidos, un Universo que es todo lo cuántico o coherente) Si es, el Universo, un cuerpo superconductor, por su colchón diamagnético viaja esa onda Psi llamada por Laszlo, o Alfa por mí, que decíamos en la entrada anterior a ésta: http://soloveorosas3.blogspot.com/2008/12/vamos-juzgar-con-un-poco-ms-de-suavidad.html
a velocidades superlumínicas, o quitemos el término "velocidad" y resucitemos el fantasma gravitatorio, que lo fue tanto para Newton, como para Einstein, y toda la física con ellos, el fantasma gravitatorio de la INSTANTANEIDAD, ese reconocer dónde y cuándo y cómo está todo de cada uno de los cuerpos respecto de todos los demás, insigne propiedad, aunque sigan creyéndola inexistente, de la masa-energía. Viaja esa onda Alfa o de información, como seguramente podrá o podría hacerlo todo: nuestros queridos extraterrestres que por esos campos, invisibles para los no-coherentes de nosotros, se desplazan sin gastar otro combustible que el que los trenes por levitación magnética: las propiedas superconductivas sin desgaste o fricción.

Más vale que pusieran todo el esfuerzo científico teórico y técnico en este propósito y se dejasen de buscar alternativas a los combustibles fósiles, ¡dejasen de una puta vez los combustibles fósiles en paz, R.I.P. para las pobrecitas plantas y animales muertos de los cuales obtienen sus carbones-petróleos! No sólo levitarán los trenes, sino que con más propiedad deberían hacerlo, caída libre, toda clase de vehículos volantes o flotantes, dentro del planeta o interplanetariamente. Y las carreteras del planeta no serían láminas superconductoras por donde los vehículos fuesen lanzados a velocidades de los trenes levitativos, como por ahí, algún documental, hemos oído, ¡sino que el "vehículo" o nosotros seríamos lo mismo! Quizá como pase con los extraterrestres y sus naves: Un todo tan biointegrado como puede ser la onda de información, Psi, o Alfa, transportando todas nuestras necesidades y características... Aunque esas "necesidades" bien poco parecidas a las de ahora, todas espúreas, fuesen. Quizá como pase con los extraterrestres: Esas inteligentísimas criaturas como para no dejarse ver por nosotros, panda de retrasados, que aprovechan toda la inercia del Cosmos superconductivo para aparecer o desaparecer allá donde quieren, no únicamente la gravedad planetaria vencida por unos tristes raíles superconductivos misérrima imitación del colchón superconductivo cósmico.

(1) Véase lo que me regala el internet, unas cuantas patrañas homeópatas, pero aunque patrañas muy loablemente diseñadas y relacionando, con bastante buen acierto, algunos fenómenos oscuros de las culturas antiguas como la Alquimia y sus elixires piedras filosofales, piedra de los Kuep o "Mosfkozt", manás, vellocinos de oro tan misterios eleusinos o el CULTO A LAS DOS DIOSAS, dos diosas egipcias, etruscas, la Tinia que luego fue convertida en Zeus por los romanos y su hija Persipnae, Perséfone para los griegos, para los romanos Proserpina, misterios eleusinos, o los iniciáticos egipcios tan origen de la Alquimia, etc; unas cuantas patrañas homeópatas mezcladas con una admiración sin límites hacia el fenómeno superconductivo, admiración profesada por tantos físicos desde que Onnes lo descubriese, diciendo de él lo que alguno exclamó para justificar su encandilamiento: "Perfecto, infinito y cero".