domingo, 17 de agosto de 2008

¡Luz! ¡Más Luz!

Otro libro que hasta habíamos olvidado que escribimos. Titulado con las palabras últimas que se atribuyen a Goethe en su tránsito a Otro Mundo. Y de él, este folio por donde le he abierto, pone página 173. Pues sí consta de 174 páginas escritas a tamaño cuartilla, so pena se hubiese perdido alguna, mi fecundidad es así de desgraciada o desastrosa.
Este folio por donde lo abro, folio final titulado de lo más alejandrinamente:

Detrás de todos los desiertos
se encuentra siempre el mismo lugar alto.
Montaña que se hace de luz
de tanto empapar soles.
De mis neuronas abrasadas crecen cadenas montañosas.
No escribo versos.
Paro sobre el mundo toda una configuración orográfica.
Espero que sepáis hacer algo digno con este paisaje majestuoso

(Parece ser que no querida Carmen,
nadie ha sabido hacer nada digno de tu parir configuraciones orográficas
como versos,
o a la inver.)
¡No me lo clausuréis en bibliotecas!
¡No le construyáis templos!,
que dijo Jesucristo cuando recordó que su palabra no moriría.
No le construyáis templos,
pues bien sabía que toda honra a destiempo dada,
toda gloria derramada sobre los cadáveres, sus tumbas,
no son sino la muerte misma,
la muerte de la que se pretende que jamás resuciten.

No lo encerréis en bibliotecas,
no le construyáis templos.
Nuestra voz es demasiado fuerte
como para saber llegar a los vivos aun así,
de debajo de vuestras bibliotecas,
debajo de vuestros templos.
Nuestra voz es más profunda
que todos los cimientos de vuestras construcciones
títeres del tiempo.
Nuestra voz es más las Pirámides de Egipto
que esas piedras.
Y recordad lo que se dijo:
Todos temen al tiempo...
pero el tiempo me teme,
teme a las Montañas de Luz que emergen
después de todos los desiertos,
a las montañas que crecen de las neuronas abrasadas.
El tiempo retrocede ante los paisajes de los que somos capaces
los cerebros consumidos por la fiebre
en nuestro lecho mortuorio o no.
Nuestras montañas de luz
convierten en arena todos los relojes
dejan sin contenidos las bibliotecas
sin sentido a todo templo.
"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!




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