"Numerati" (Nos vigilan) Más que los Iluminati-invento tonto de un Dan Marrón por el cual se forra de millones diciendo lo que otros habían dicho ya

antes, incluso también forrándose; más que los Iluminati secta alguna en tiempo ninguno, éstos a los que el autor (Stephen Baker) del libro dicho en el título llama así: Numerati

Haciendo tageting los Google o Yahoo
saben hasta si te tintas el pubis
y de qué color,
dolor de nuestra privacidad
que ni rasurarnos o tintarnos nos dejan a gusto
sin que intenten vendernos cualquier basura prescindible,
¡mientras jamás comprarán nuestra producción
si pueden robarla tan a gusto y tan dentro de las leyes
como es asaltando nuestra privada mesa de redacción
sin SGAE a la que hayamos previamente pagado
para que nos la vigile a cambio del no menos sustancioso impuesto revolucionario
de impedir una ruina, que al menos ahora a un grupo armado con todas las de la ley
importa, pues de ella ingresa, de que ella, ruina, no se produzca!

¿Qué puedes ocultar a estos delincuentes
que en bien del comercio, mercado en pleno libertinaje de lo libre,
y para mayor bien de sus bolsillos por ingresos publicitarios,
saben de tu intimidad más íntima,
esa que a quién le importa de cuándo cagas y de comer qué,
cuándo vomitas y de consumir qué fármacos,
cómo se la pegas a la vez a tu pareja primera o segunda
o cómo te acuestas con ambas a un tiempo?
Más vale que te confieses públicamente,
antes que al ofrecerte cualquier publicidad o servicio,
y de la forma más pública,
te dejen con el culo al aire;
aunque tampoco es que les importe mucho la moralidad si ellos la trasgreden
de la forma más burda, aunque eso sí con apabullantes medios informáticos,
no les importa si eres un miserable y de ello descubrirte
para limpiar un mundo de ellos
(cosa que si hiciesen tendrían que empezar por su propia casa),
les importa QUE CONSUMAS
y qué consumes para poder ofrecértelo.
Nada más inocente.

Aunque los gobiernos de la Tierra en ellos han delegado,
y así ahorrarse un tanto del capítulo costosísimo
de tenernos a todos controlados con sus Cías
y misterios y servicios secretos de estado que todos consentimos en nuestros países,
para saber en cada momento cómo anda nuestro intelecto y por dónde,
si sigue sano o ya le han tocado con la tortura por aislamiento
que éstos en los que delegan aplican con mayor eficacia que ellos y sus salas de torturas
más semejantes a la Inquisición de otros tiempos.
Tortura por aislamiento por el solo delito de expresar en libertad,
¡por gritar a la sociedad su suciedad!,
tortura de arruinar: arrinconar,
primero ¿qué editorial te hará caso si todas al servicio de lo mismo?,
después: -Si acaso te pensaste que aquí liberarías tu palabra,
para eso estamos los Google delegados del gobierno, de todos los gobiernos de la Tierra,
como Microsoft proveedor de todos ellos,
para arrinconarte: arruinarte,
tu palabra ni exista por aquí,
AUNQUE TENEMOS TAMBIÉN TODA LA LIBERTAD DE MODIFICAR TUS TEXTOS
SIN QUE SGAE ALGUNA NOS SANCIONE,
Y NO DIGAMOS GOBIERNOS QUE PRECISAMENTE LO QUE NOS DEMANDAN ES ESO.
UN BUEN ENJUAGUE PHOTOSHÓPICO DE TUS PALABRAS Y TE VAS A LA MIERDA...
SI NO TE HEMOS CREADO ANTES EN REDES UNA FAMA QUE TE PRECEDA
Y QUE TE SIRVA DE MÁSCARA MORTUORIA O GRILLETE.

Palabras luminosas en libertad,
EN VERDAD Y LIBERTAD,
eso es lo que quedará de ellas.
¿Qué derecho teníamos a salirnos del mensaje
de la común idiocia;
qué derecho a darnos cuenta de los vicios más hondos,
de las conductas más sucias,
de los timos más prolongados,
dados por las culturas y políticas a sus sociedades,
algo que cambia de cara, pero jamás del esqueleto subyacente;
qué derecho a percibirlo y declararlo?
¿Quién nos pidió que pongamos a la vista la desnuda piedra
en la que no nos cansamos jamás de tropezar
sólo porque la vestimos del ara que sea en su momento?
Ara para exaltar lo que jamás debió estarlo,
ara para sacrificar lo que jamás debió serlo.

La Verdad os hará libres
¿Lo permitirán los Google al servicio de todos los gobiernos
y sus culturas auspiciadas,
al servicio de todo el sucio comercio en pleno libertinaje,
pues es su dudosa libertad frente a nuestros elementales derechos?

Dice este caballero, Stephen Baker, para terminar:
"Analizan cualquier conducta (los numerati de los que habla, esa secta única exclusiva y ella sí peligrosa, servicio secreto universalizado, un espía informatizado y/o automatizado para cada uno de nosotros) y obtienen lo que pasa en el cerebro de propina". Continúa: "A mí hay algo que me da verdadero miedo: se pueden sacar las mismas conclusiones analizando las palabras que escribimos". ¡Las mismas conclusiones y más! ¡Y peores determinaciones, como ya he dicho arriba, que la de vendernos un tinte mejor o un rasurador más preciso para nuestro pubis!
...Y obtienes lo que pasa en el cerebro de propina.
Sobre todo si tú mismo lo dices.
Obtienen lo que pasa en tu cerebro
y ya te puedes despedir de todas las oportunidades,
de que alguien te contrate,
tengas el lugar que es tuyo en el mundo.
A cambio te empapelan, a cambio de decir tu cerebro
lo que por él pasa,
para que cual barquita papirofléxica te arrastren
las procelosas ondulaciones de los chaparrones
hacia tu destino único de alcantarilla.

Eso es a lo que debe temer el autor mencionado, aunque lo disfrace del caso de la novelista británica Iris Murdoch muerta en 1999: Padeció alzhéimer, y años después de su muerte los investigadores vieron que el vocabulario de sus escritos empezó a perder su riqueza y complejidad más de una década antes de que le diagnosticasen la enfermedad.
¡Monstruoso! Que haya personas que a esto se dediquen y esto se remunere: Que se viviseccione sin escrúpulos hasta el último pedo que te tiraste vocablo que eructaste o te salió exquisito, y hasta en contacto con el Más Allá, tan pocos, sí, existen algunos además de yo señalarme.

Palabras luminosas en libertad,
EN VERDAD Y LIBERTAD
Esto es lo que queda.
¡Por Dios que no te detecten un cáncer, un alzhéimer,
el haber cumplido los treinta, no digamos si cincuenta,
que más te acerca a esa posibilidad!
Que no te hará falta palmarla como Iris Murdoch
para que después aireen los trapos sucios de tus penalidades
o enfermedad,
¡sino que te entierran Y VIVO!