Sé de alguna manera visionaria

que moriré de poesía
(Morirías de hambre,
fíjate si de poesía,
como el colega Vallejo)
Esto no lo comprendo perfectamente,
es vago, es lejano,
pero lo sé y lo aseguro
(La muerte que nos dan)
Tal vez ya sienta los síntomas iniciales:
Dolor en donde se respira,
sensación de estar perdiendo mucha sangre
por herida que no ubico.

¿Me permites relatar de nuevo tus diarios
desde tu óptica "todo es un interior",
todo es un interior compartido
o así debió serlo?
Te digo mi interior:
¡¿Qué atrocidad sin nombre decretó
que tú acabases en esa niebla de luz en mi habitación,
en esa luz lila introduciéndose por mi respiración
atravesando mi pecho?!
¿Qué atrocidad sin nombre impidió el conocernos
el mejor castellano, su mejor espíritu,
a ambos lados del océano?

No la Terrible Belleza
¡sino los medios de comunicación
que incomunicados nos mantienen a todos,
el mundo de la "cultura",
siempre entrecomillada de lo indecente!:
Eso te mató:
eso lo impidió;
lo mismo que me mata,
impide estar donde al menos tus huesos,
ellos y su luz que de ellos se desprendiera
en diciembre y 2002
para venir a España mi pecho:
Vos no está sola....
Sirva para hacerme reposar eternamente,
enteramente,
que igual te pensaste
(abrazada a un cofrecito?,
que así te pintan muerta los indecentes del mundo de la "cultura")
eternamente reposando en aquellos ojos como la miel dulces,
furia como la tierra:
"Dime hijo ¿por qué no tengo yo unas alas tan bellas con ese noble círculo y tono marrón?",
que así te expresaste en mi crepúsculo, fuiste tú, de junio y 1972;
sirva para hacerme reposar eterna-enteramente
en tus hermosos ojos verdes
tus labios rojos,
ningún otro Dios.