
Mi perrito muerto en el año en que a ti las criminales disposiciones de la Creación te dejaron asomar con tu Viva Voz de entre los muertos para decir aquello del Vos no está sola, alma mía de nieve. Agradezcámoste el que te preocupases por mis compañías, una vez más. Agradezcámoste que para mí en exclusiva dictases aquel terceto que vale por mil y una Divinas Comedias, tú tan verdá, tú tan viva aun de entre los muertos, formando parte de los Aparecidos:
Solo veo rosas
sangre desflorada
alma mía de nieve