jueves, 5 de abril de 2007

Al fin el fin del mundo. Dijo Silvia Plath sacando la cabeza del horno.

Toda la noche soñando ese sueño recurrente de la devastanción nuclear.
Al fin el fin del mundo. Hasta aquí hemos llegado. Sacando la cabeza del horno de las pesadillas o de la condena a eternitas al Más Allá, del cual tan hartas estarán Silvia Plath y Alejandra como aquí una del asqueroso mundo y en su día ellas también de lo mismo. Las hubimos, habemos, nacidas para la iconoclastia del no estar nunca contentas. Pues a ver, Alejandra, muy hermoso el más allá en el que sólo se ven rosas, fíjate que Jardín; pero ¿a qué queréis "tomar el Jardín" de nuevo, diciéndolo al estado especial de la mente conocido como crepuscular de una a la que tenéis, o tienes, la deferencia desde el Más Allá contactarla o a ella dirigirte?
No me gusta esta risueña cara que semeja una actriz de cine de los machistas hipócritas almibarados años cincuenta sesenta (¿pero cuándo no son así, fueron, trufados de bestialidad y etc, todos los años décadas, siglos, milenios?) pero he ahí Silvia... Que también se parece a Adamo, el cantautor francés de hace unas décadas.
"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!




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