Palabras crepusculares dichas a mi oído en el año de su muerte, cuando ella también escribía palabras crepusculares tan hermosas como aquel "Me coge. Que parece morir. Que parezco agonizar". Aquí tienes, Amor, unos hermosos y nobles círculos de tono marrón. ¿Por qué no tengo yo una hermosa ferocidad, cual tu lobo gris, cual la de estos ojos, y parezco, no, agonizo de veras, pero llevándote la correspondiente presa de redondo mundo en pleno, allí aterrizamos, todos los que estamos aquí, en tu hermoso mundo donde por finalizadas se dan todas las controversias?...¡¿Pero tampoco puedo preguntárselo a ella?! Todavía no hemos escrito la última palabra. Espero que sea mía; ya que nunca tuve la primera.
