es el único argumento de la obra.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde.
Jaime G. d B “Las personas del Verbo”
Y aquí iría bien esta foto terrible que descargué del feisbuq, facebook entre nosotros

....Si la vida iba en serio.
feisbuq, facebook
Es como Jaime,
ese precioso nombre
que suena tan al mío.
Carmen
¿Por qué os cuento estas cosas?
¿Estoy tan desengañada
que escribo fruslerías
cual hacen tantos, tantos,
para automantenerse?
Puede.
Aunque quizá tenga yo más derecho que tantos,
tantos,
a escribir naderías.
No me pasaría toda la vida sopesando
gravedades terribles como la de esta foto
por las cuales todos pasan diciendo
“es un horror” “es un dolor”
“habría que hacer algo”,
para volver al punto cada uno a su circo
pero sin fiera acorralada
sin monstruo exhibido del que sonreírse
sin ruinas de puertas arrancadas
y tu nombre de poeta puesto allí
sin servir ni de astillas,
¡o sirviendo!
y como amor de la lumbre
iluminar las cosas sin valor que se dicen,
iluminar lo que siempre callarían,
callan,
pues jamás aprendieron a decirlo,
ya que para aprender hay que tener ganas
y hay que ser temerario para expandir lo aprendido.
Es como el “es un horror” “es un dolor”
“habría que hacer algo”,
para volver al punto cada uno a su circo
pero sin fiera acorralada,
sin este hijo de dios o niño dios
de la foto del feisbuq.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender tan tarde,
cuando somos esa puerta arrancada
que ni para astillas sirve,
cuando nos empezamos a parecer a ese niño
aunque no tengamos, como sí él,
de dios nada,
pues es algo que nos escupió, escupimos,
no tengamos de nuestros verdugos
otra cosa que el idéntico odio
que nos redujo a eso.
Mientras nada, nada tiene
de sus verdugos el niño,
sólo la carne que jamás le dejaron nacer
sobre los huesos,
sólo su mundo de palabras y de sentimientos
que también le robaron,
la vida toda en su identidad psíquica
integridad física;
ello es sus verdugos:
eso que aparenta
y la vida, que, por supuesto, iba en serio,
le obligó a representar
tan desde las profundidades del abismo.